Nos vimos temprano para desayunar. Tras un pequeño tiempo de silencio con las personitas más pequeña de esta comunidad, cantamos una canción y nos colocamos alrededor de una vasija llena de arena que simbolizaba el desierto. El desierto nos recordó diferentes cosas para quienes estábamos presente: el silencio, la oración, tranquilidad, hostilidad, sed, hambre, tentación... Colocamos semillas alrededor del desierto. Las semillas son oportunidades de traer vida. Cada persona que lo deseaba cogió una semilla y con una leve oración la colocó sobre la arena. La pequeña Lana propuso ponerlas también en silencio si alguien no quería compartir su alabanza o petición y nos abrimos así a más formas de expresar nuestra fe en unidad. Después los más peques decidieron orar con colores en una plantilla de Cuaresma de los que ofrece Sybil McBeth en su blog "Praying In Color" . Las personas adultas también nos llevamos plantilla a casa, el orar con la parte derecha del ce...