La pandemia del Covid19 nos llevó en marzo a un intenso tiempo de apoyo y oración, sobre todo cuando empezamos a tener noticias de familiares que estaban siendo hospitalizados en los servicios de urgencia. El confinamiento nos ha llevado a que nuestros encuentros sean el la red y esto a la vez nos ha dado la oportunidad de conectar con comunidades de otros lugares del país. El día de Pentecostés, por ejemplo, contactamos con una comunidad de Málaga. Son tiempos difíciles en el mundo, pero a la vez sentimos que se abre oportunidades de cambio de perspectiva, de crecimiento, de oportunidad para que el Espíritu Santo nos lleve a nuevos lugares.