El agradecimiento, el examen, la confesión, la intercesión, el silencio... fueron algunas de las maneras en las que disfrutamos de la presencia de Dios entre lágrimas, risas y abrazos.
Los niños mientras tanto, decidieron celebrar el encuentro con una particular fiesta de disfraces y como viene siendo costumbre, nos suelen deleitar con algún espectáculo.
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