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El Dios Que Nos Ve


 El 21 de enero nuestro encuentro fue a las 16:30 en la cochera de la familia Cabello Aranda, junto al taller de carpintería de Victor. Allí disfrutamos de café, infusiones y ricos dulces y fruta.

Comenzamos el tiempo tratando de encontrar una imagen entre muchas fotos que pudiera describirnos de alguna manera. Empezamos a escuchar diferentes descripciones de uno mismo, entre ellas: "me identifico con un ser en continuo movimiento",  "yo con un ser en continua observación", "soy alguien que también disfruta el retiro y el silencio", "me siento una persona fuertemente arraigada a la tierra"...

El tiempo lo facilitó David Sánchez y nos presidió la lectura del Salmo 139: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?" (Salmo 139:7)

Pasamos un tiempo tratando de identificar algún momento de nuestra vida en la que nos sentimos como personas discriminadas, algunas por su género,  por ideas políticas, quizás durante la niñez o en la vida adulta...

Después pensamos en momentos en los que hemos discriminado a otras personas por algún motivo, este fue un ejercicio poderoso para mirar la parte en nuestras vidas que solemos esconder.

Tras conectar con el rechazo que hemos recibido y también con el discriminador que llevamos dentro, nos atrevimos a pensar en nuestro maestro Jesús, lo imaginamos hablando con la mujer Samaritana, sanando a un leproso y empezamos a describir la actitud que manifestó: amó, respetó, aceptó, sanó, no los rechazó, reafirmó la fe, confrontó, miró, escuchó...

Acabamos tomando la Eucaristía, permitiendo que el pan y el vino se introdujera en nuestro interior así como deseamos que la vida de Cristo fluya en lo más profundo de nuestro ser. 

Entre buenas charlas continuamos disfrutando la vida de comunidad y cuando tocaba volver a casa, Mara y Victor nos sacaron queso y empanadilla permitiendo que el disfrute continuara.


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