Una sencilla merienda abrió nuestro encuentro de febrero. En esta ocasión nuestra hermana Elena facilitó el encuentro desde Ayamonte, si bien ella y su familia no podían venir, eso no impidió que fuera parte de este encuentro y fueramos personas bendecidas con su ayuda organizativa. Agradecimos esta conexión comunitaria que trasciende el espacio y va más allá de la asistencia o no a un evento.
Fue una bendición por fin conectar en un ImPulso con Mari Sol, Victor y su pequeño Elian, si bien algunas personas ya habíamos tenido la oportunidad de conocerles y compartir y aun de visitar la parroquía ortodoxa que Victor pastorea, para otras personas era la primera vez que podían abrazarles.
Pedimos a Dios su guía y nos dispusimos a escuchar la Lectura Pública de la Biblia en la sección 4, donde nos adentramos en 1ª Samuel 7 y 8. Tras esta primera lectura algunas personas hablaron de como había llamado la atención la actitud de Samuel con un pueblo que quería ser como el resto de naciones y tener un rey humano. Resaltamos la actitud valiente y humilde de Samuel al buscar la voluntad de Dios, escucharle y obedecerle, lo cual implicó advertir al pueblo de las consecuencias que traería un gobierno autoritario y a la vez aceptar la voluntad del pueblo de ir adelante con lo que deseaban. Nos planteamos la importancia de respetar las decisiones de las personas, y como esa actitud de Samuel en realidad representa la actitud de Dios.
También hablamos de como en nuestros días buscamos ser como el resto de occidente al vivir bajo una cultura consumista y materialista y las consecuencias de ello: estrés, ansiedad, desconexión de nuestras vidas y la de los demás...
Después pasamos a la lectura del Nuevo Testamento, en esta ocasión nos adentramos en el Sermón del Monte con Mateo 5. ¿Los pobres en espíritu son bienaventurados? Recordamos la propuesta del fallecido Dallas Willard quien nos animaba a no ver las Bienaventuranzas como condiciones para ser bendecidos, sino más bien como un manifiesto de que Jesús proclama que el Reino de los Cielos está accesible para quienes la religión del momento los consideraba fuera. Desde ese contexto, recibimos las palabras de nuestro Maestro como todo un manifiesto para poner "patas arriba" todo aquello a lo que la religión inmadura nos invita: "Oísteis que fue dicho... pero yo os digo...". Jesús no vino a abolir la ley, sino a darnos la interpretaciónn correcta, a darle cumplimiento en su misma persona, todo un llamado, como alguien señaló en la reunión a ponerle en primer y último lugar en medio de todo lo que hacemos. La vida de Jesús en nosotros da sentido a la ley y no el legalismo religioso.
También se señaló el valor de vivir una conexión con Dios en medio de las actividades cotidianas, lo que implica considerar como sagrado nuestros trabajos, cuidados en el hogar, ocio y tiempo libre... Todo un llamado a la espiritualidad integral frente al dualismo sagrado-secular en el a menudo nos encontramos.
Nuestro hermano David nos invitó a parar alrededor de la Eucaristía, allí volvimos a encontrarnos con la misteriosa obra de Cristo en favor de la humanidad. Tomamos el pan y el vino en memoria de él, permitiendo que su cuerpo y su sangre nos transformen.
Tuvimos presente en nuestras oraciones a quienes no pudísteis venir y conforme nos adentrábamos más en la tarde, el frio empezó a sentirse, a la vez, tal como oró nuestro hermano Victor García, experimentamos que "...aunque hace frío, sentimos el calor en nuestros corazones". Nuestra hermana Pilo finalizó la reunión con la lectura del Salmo 10.
Para quienes querais uniros a la lectura en comunidad, recordaros que vamos por la sección 4. Podeis acceder a los textos y sesiones pinchando aquí. También puedes usar la app "Lectura Pública de la Biblia". El grupo de Whatsapp y los GDC pueden ser un buen lugar si queremos compartir el efecto de estas lecturas en nuestra vida.
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