Este mes nos hemos adentrado en Génesis del 16 al 34.
Nuestro hermano Raúl está recuperándose de su última operación, y si bien está teniendo una buena recuperación, decidimos liberarlo y tomar las riendas para encontrarnos. Además, como muchas personas están de viaje en vacaciones, volvimos a hacer un híbrido, abriendo una sala on-line, a la vez de una presencial en Coria del Río. Al final esta experiencia nos permitió encontrarnos 14 personas, entre adultas y las más jóvenes, entre las que se conectaron (aunque fuera poco tiempo) y las que se desplazaron.
Desde el principio compartimos una merienda colocando en el centro los elementos de la Eucaristía y también encendimos una vela; todo ello nos recordaba la centralidad de Cristo, la luz del mundo y nuestro alimento.
La propuesta fue una Lectio/Visio Divina, alrededor de Génesis 21:14-19:
14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.
15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, 16 y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. 17 Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
Para quienes preferían hacer la lectio desde una imagen, propusimos un cuadro inspirado en este pasaje del pintor frances del S. XIX Camille Corot:
Tomamos unos minutos para respirar y hacernos presente y le pedimos al Espíritu Santo que nos acompañara, y desde allí, recorrimos las cuatro etapas de la lectio/visio:
Lectio/Visio: Leimos el texto o miramos el cuadro de manera curiosa y con apertura al asombro, atendiendo a lo que llamaba nuestra atención
Meditatio: Volvimos a hacer lo mismo, parándonos esta vez en aquello que más nos conmovía y reflexionando desde nuestro interior. Tomamos un tiempo para apuntar lo que nos estaba ocurriendo y también cada persona compartío brevemente lo escrito: la aridez del desierto, la esperanza de las zonas verdes del cuadro y la presencia del ángel, el dolor de una madre, la ayuda de Dios en una crisis, la conexión con el dolor de la infancia en las guerras actuales en nuestro mundo...
Oratio: Convertimos nuestras reflexiones mediatadas en una corta oración y abrimos un tiempo para compartirlas; peticiones, agradecimiento, dudas... dimos la bienvenida a aquello que cada persona trajo en oración ante Jesús.
Contemplatio: Hicimos sonar el tema meditativo Be With Him y durante el mismo, no dijimos nada, tan solo decidimos estar en quietud en una actitud de rendición ante la Deidad... soltar y soltarnos desde la confianza en quien es el Amor Eterno.
Tras el ejercicio, compartimos acerca de la experiencia y también sobre todo lo que nos removía un pasaje tan ancestral como este.
Antes de la Eucaristía nos volvimos a adentrar en otro pasaje difícil del Génesis, para ver que relación encontrábamos con los símbolos del pan y del vino, Génesis 22:9-18:
9 Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. 11 Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. 12 Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. 13 Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. 14 Y llamó Abraham el nombre de aquel lugar, Jehová proveerá.[a] Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será provisto.
15 Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; 17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. 18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
Alguien propuso que quizás Jesús cuando pidió al Padre que pasara de él este cáliz, podría tener en mente la escena de Isaac subiendo al monte y preguntando donde estaba el sacrificio. Alguien trajo también reflexiones de Søren Kierkegaard sobre este pasaje lo cual nos hacía consciente de la dureza que podría traernos la imagen del padre que sacrifica a su hijo. Nombramos como la esperanza en la resurrección hace que el trájico momento tenga un punto de vista diferente y como así lo percibió el autor de Hebreos al escribir: "Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir."(Hebreos 11:17-19). También hablamos del contexto del pasaje; una cultura donde los sacrificios a los dioses calmaban la ira de los mismos y como este pasaje nos invitaba también a ver a Dios entrando en esa realidad y empezando a poner patas arribas nuestros conceptos sobre la Divinidad para llevarnos finalmente hasta Jesús y la locura del evangelio.
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