El sábado 29 de junio tuvimos nuestro segundo ImPulso de mes. Al llegar comenzamos con un tiempo de jugar con las personitas más peques en un concurso que nos permitió explorar entre otras cosas los tipos de árboles y frutos que conocíamos. Después nos fuimos cerca del parque infantil, para permitir que mientras la infancia jugaba, las personas adultas tuviéramos un tiempo de reflexión. Encontramos un árbol muy apropiado para lo que pretendíamos. Sylvia, en el anterior encuentro nos invitó a un ejercicio como comunidad: cada persona que lo deseara podía buscar un árbol que fuera significativo y con el que nos identifiquemos, pues ese árbol iba a representarnos en este ejercicio, nos animó a colocarlo en un lugar visible, y a orar buscando el cuidado del mismo.  Durante la semana, nuestro grupo de WhatsApp se llenó con fotos de los árboles escogidos y de reflexiones hermosas acerca de lo que el Espíritu Santo estaba trayendo a nuestras vidas a través de este ejercicio.  En el encuentro,

  El ImPulso del sábado 15 de octubre lo facilitó nuestra hermana Pilo, quien nos desafío a la conexión con Dios, con nosotr@s mism@s y con las demás personas desde el corazón. Todo un desafío para quienes hemos sido entrenados a comunicarnos casi exclusivamente desde la cabeza. En los años 80 ya el autor Richard Foster escribió en su obra "Alabanza a la Disciplina" que "El hecho de que la meditación sea una palabra extraña a tus oídos es un triste comentario sobre el estado espiritual del cristianismo moderno" . En nuestros días, la autora Cynthia Bourgeault en su obra "El Jesús de la Sabiduría" comienza su capítulo sobre la práctica de la oración meditativa con la pregunta "¿Cómo puedo ir más allá de los "laberintos mentales" y avanzar en el conocimiento más profundo de la sabiduría?" El silencio y la mirada a nuestro interior y hacía el otro desde la consciencia de la presencia de Dios nos permitió avanzar en mejorar las herramientas

  Hoy, una vez más, ha sido un día/tiempo precioso en familia/Iglesia/Comunidad... Jocabed ha introducido el tiempo con una dinámica experiencial que nos ha ayudado a asimilar e interiorizar mejor la "Lectio Divina" del Salmo 121 que hemos hecho a posteriori.  Destacamos la importancia de que todo conocimiento debe bajar de la cabeza al cuerpo para una mejor comprensión de su verdadero sentido y que nos lleve a la actuación/vivencia real como resultado. Como es habitual, el Espíritu Santo nos ha guiado y nos hemos sentido libres para expresar y compartir, para confesar y animar, para abrazar y llorar, para reír y agradecer...  Por último, tomar el pan y el vino alrededor de una cruz de madera, junto a l@s niñ@s, compartiendo lecturas entre peques y adultos y tomando tod@s junt@s los símbolos ha sido memorable... Damos gracias a Dios porque l@s niñ@s cada vez se sienten más parte y más libres de proponer y participar con esa frescura y vida que ell@s traen...   Damos gracias a