El 15 de diciembre nos encontramos de nuevo en época de Adviento, tras comer y ponernos al día, abrimos un tiempo de oración y retomamos nuestra lectura pública de la Biblia. Continuamos en 1ª de Samuel 3-4, después en Mateo 2 y acabamos con el Salmo 19. (Puedes unirte a nuestro plan de lectura comunitaria a través de la App pinchando aquí ) Los textos nos trajeron situaciones dramáticas y desagradables tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento: chantajes, guerras, muerte de Elí y sus hijos, Herodes matando niños para combatir al Mesías... a la vez, en medio de toda esta oscuridad escuchamos acerca de como Dios se manifestó al pequeño Samuel, y como protegió al pequeño Jesús avisando del peligro a José por sueño... Todo ello alimentó nuestra conversación en la tarde mirando a los niños como canales de la voluntad de Dios y también con difíciles preguntas ¿Cómo encajamos hoy los textos donde Dios anuncia violenta calamidad a través de sus siervos? ¿Cómo nos habla Dios hoy?.....

Nuestro hermano Juan Antonio propuso en la mañana que cada persona trajera algo de pan para migas, cortamos esos panes y lo juntamos en una olla de la cual todos tomamos con vino. De esta manera nos acordamos de los símbolos de la Eucaristía que nos ayudan a conectar con la obra de Cristo en la cruz entre villancicos navideños que inaguraban el tiempo de Adviento. Después nuestra hermana Mara facilitó el encuentro y leyó el siguiente texto: “No seáis como el caballo o como el mulo, sin entendimiento…” . Sal. 32:9. Los signos de nuestro tiempo son una invitación a no pensar. ¡No tenemos tiempo! O, mejor dicho, nuestra creciente incapacidad para organizar el tiempo nos lo impide. No me refiero a los momentos necesarios en los que nos dedicamos a ejercer como espos@s, padres o abuel@s,etc. Hablo del tiempo que consumimos de manera compulsiva empujados por esta sociedad de la distracción que nos hipersolicita y nos convence de que tenemos muchas cosas que hacer: cocinar como un auténtico c...