También aprovechamos para comprometernos a leer la Biblia y orar por motivos específicos que tengamos unos y otros y acabamos compartiendo brevemente lo que Dios nos ha mostrado en nuestra lectura pasada.
Durante la semana sabemos que podemos contar los unos con los otros, nos hemos hecho vulnerables y hemos comprobado que no nos escandalizamos cuando alguno de nosotros se ha caído. Por eso es usual llamarnos o escribirnos un e-mail para contarnos cualquier cosa.
Sin duda que recorrer El Camino con otros a tu lado hace que todo sea más fácil.
Si hay algo que tengo claro que Dios espera de sus seguidores es que cumplamos con la realidad de discipular y ser discipulados. Estoy en esta aventura de la vida para ser más como Jesús y para ayudar a otros a lo mismo.
No siempre es fácil confesar tus errores a otros, o mantener la disciplina de la oración y lectura bíblica diaria, pero me encanta la sensación de estar avanzando en El Camino y comprobar que no he encontrado meta mejor en la vida que esta.
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