Las más peques enseguida se situaron, crearon la habitación "Tortuga" donde jugaron, dibujaron y organizaron espectáculos acrobáticos.
Durante la mañana Jocabed nos invitó a meditar alrededor de nuestra experiencia con el Espíritu Santo. Tratamos de usar diferentes palabras, metáforas e imágenes para definir su presencia en nuestras vidas y en el mundo.
¡Ven, Espíritu Santo!, es una hermosa oración para quienes le anhelan, muy usada en muchas tradiciones cristianas. Nuestro hermano Antonio compartió de una oración que usa a menudo: "Vengo, Espíritu Santo!", con ella nos hacemos consciente de su cercanía.
Tras nuestro compartir, Jocabed realizó una oración inagural que aperturó un tiempo de meditación silenciosa compartida. En el sagrado silencio empezó a sonar el piano del salón y agradecimos a Antonio que pusiera voz a nuestro descanso en Dios a través del arte de la música.
Tras este tiempo nos levantamos para tomar una taza de caldo de puchero y empezamos a preparar la mesa con rica comida y a asar verduras en el fuego de la chimenea.
Durante la tarde y con café en mano, intentamos avanzar en organizar el ritmo de nuestros próximos encuentros. Acordamos que los ImPulsos, en principio, estarán agendado el primer y tercer sábado del mes (con posibilidad de pasar al domingo en caso de propuesta). Aun tenemos que avanzar en agendar los siguientes espacios para los encuentros y personas que deseen facilitar. Una idea expuesta para los días que nadie se haya ofrecido para facilitar, es contar con alguna dinámica simple que abra la participación del momento (Ej. preguntas tipo: ¿Qué nos está mostrando Dios en este tiempo?, usar el texto de la lectio del día para nuestra propia lectio compartida...)
La foto de más abajo muestra algunas impresiones compartidas el día de Pentecostés sobre nuestra experiencia con la Santa Presencia.
¡Vengo Espíritu Santo!
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