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Acabamos la Cuaresma

 


El sábado 23 de marzo nos volvimos a encontrar en el Parque del Alamillo para escucharnos en nuestro caminar durante esta Cuaresma. Hoy recibimos la última reflexión de Cuaresma de nuestro hermano Yván y mañana comienza la Semana Santa para muchas tradiciones cristianas. 

Fue un tiempo de vulnerabilidad donde abrimos nuestro corazón. Uno de los temas que resonó en los diferentes compartir fue el de vivir en estrés y ansiedad. Nos recordamos que Jesús nos invita a caminar contra la corriente de este mundo materialista y consumista y que él dijo que su yugo es fácil y su carga ligera. 

Si bien no sabemos muy bien como salir de un ritmo tan frenético y dejar de ser tan adictas a la dopamina, no hacerlo es seguir con un yugo que no es fácil y que implica una carga pesada que nuestros cuerpos se resienten. La vida de simplicidad que brota de confiar en la Divinidad, así como nuestro Maestro Jesús nos enseñó, es un requisito para quienes queramos seguirle de verdad.

Acabamos partiendo el pan y tomando el vino, recordándo dos textos bíblicos: 

"He aquí que en las palmas de mis manos te tengo grabada" Isaías 49:16a

"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." Filipenses 2: 5-8

Oramos pidiendo ayuda para que no dejemos de ser inundados de este Amor de Dios y podamos así no aferrarnos a estilos de vidas de yugos difíciles y cargas pesadas. El que se se despojó a si mismo es el que nos ayuda a despojarnos a nosotr@s mism@s. Amén.





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