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Perfectos En Él


Nuestro hermano Raúl facilitaba este primer ImPulso de Julio, estaba planificado vernos en una playa cerca de Ayamonte, sin embargo tuvo que ser intervenido quirurgicamente. Jocabed propuso vernos en otra playa de San Fernando y aprovechar para orar por su pronta recuperación.

En el encuentro Pilo también planteó celebrar el paso de década de Antonio a los 40 y de Rubén a los 50, por lo que se abrió un tiempo donde hubo oportunidad de regalarles a ambos palabras de amor en esta nueva etapa de sus vidas. Las diferentes participaciones llenaron nuestras sombrillas de playa de un ambiente lleno de amor, cariño, reconocimiento y ánimo. 

Antonio y Rubén también compartieron acerca de como Dios estaba dirigiéndoles en esta entrada de década. 

Antonio habló de una mayor consciencia de las oportunidades que en el presente Dios pone cada día a nuestro alcance... tantas personas alrededor nuestra en la playa, era un ejemplo de ello... oportunidades para bendecir, para aprender, para conectar. 

Rubén habló de un llamado a ralentizar en esta etapa, como algo básico y fundamental para seguir a Jesús en un mundo materialista y consumista que nos invita a basar nuestro valor en la productividad y efectividad constante. Sin bajar este ritmo, la experiencia suele ser de desconexión. 

A continuación, abrimos un tiempo de oración por nuestro hermano Raúl y también por Elena y sus hijos que también están sosteniendo este momento de recuperación. Agradecimos las buenas noticias hasta el momento y nos unimos en el deseo de que la paz y el abrazo de la Divinidad no les falte. Nuestra hermana Chispi en medio de este tiempo de oración trajo una palabra de mucho aliento, recordando que en medio de la imperfección que nos rodea, para quienes estamos en Dios, todo es perfecto, aun cuando lo que pasa implica dolor, incertidumbre y tantas otras incomodidades. Abrazamos esta perfección en Dios en medio de nuestras oraciones imperfectas. 

Los más peques no pararon de jugar en las cálidas aguas de la playa y se atrevieron a enterrar a algún que otro personajito :)

Una vez más, experimentamos la comunión que tenemos en Cristo Jesús, no solo con quienes vinieron al encuentro, sino también con quienes no pudisteis estar fisicamente. Es una fantasía pensar que no estuvisteis presentes. 

Gracias Señor Jesús por la comunión de tu pueblo.



     


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