El 3 de Mayo nos encontramos en el parque municipal de Gines. Ya que el tiempo primaveral estuvo inestable, en este lugar se nos permitió estar bajo un porche en caso de lluvia o viento.
En este mes nos adentramos en los primeros 12 capítulos del libo de Hechos y en este día, David Sánchez nos invitó a dialogar en torno a los siguientes versículos:
"Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." Hechos 2:41-42
Nos preguntamos como era la iglesia en su inicio, como somos, cuánto hemos cambiado, como deberíamos ser...
Señalamos como tras pentecosté, cada día se reunian y vivian con tantas cosas y tiempo en común:
"Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón," Hechos 2:46
En nuestro caso, tratamos de encontrarnos dos veces al mes. A la vez, teniendo en cuenta el relato más allá del capítulo 2, recordamos que la iglesia acabó dispersándose y extendiendo ese nucleo inicial en Jerusalén.
Descubir como elemento esencial que Dios hace de su iglesia una comunidad que ama e incluye a toda persona, nos llevó a entender el proceso inclusivo de Hechos y a poner en su lugar los contextos del momento sin dogmatismos, pero sin perder de vista el principio universal.
Señalamos como Lucas está mostrando los elementos que llevó a aquellos judios a romper sus esquemas más exclusivistas y a ir entendiendo que el plan de Dios es para toda la humanidad y no para un grupo concreto: las lenguas para personas de diferentes lugares en Pentecosté, la persecusión que los sacó de la zona de confort, Felipe y el Etiope, la visión de Pedro y la posterior experiencia con el gentil Cornelio, conversión y viajes de Pablo... ¿Acaso el interés de Dios no es claramente que su amor alcance a todas los pueblos, tribu y nación?
Nos preguntamos sobre el papel que juega el Espíritu Santo en esta tarea de extender el amor de Dios, tanto en nuestra comunidad como más allá de ella. Hablamos de experiencias concretas que nos llevan a identificarlo; como cuando nos lleva a poner nuestra confianza en Jesús en momentos difíciles, a ver su amor a través de actos de generosidad en la comunidad. Algunas personas también hablaron de respuestas de oración que podían clasificarse como milagros de sanidad... en definitiva, todo aquello que manifiesta una transformación desde el Amor de Dios.
También señalamos como estamos viendo en este tiempo y de manera especial, como el Espíritu Santo está obrando en personas ajenas a nuestra comunidad cristiana, que nos cuentan como en su viaje espiritual, están en un proceso de creer y confiar en Dios, incluso a relacionarse con el de manera personal y a considerar la persona de Jesús en sus vidas.
La conversación nos invitó a mantener nuestros ojos abiertos a la realidad de un Dios misionero, que está trabajando en cada persona y lugar. También señalamos la importancia de "hablar en lenguas" en un sentido más codidiano y natural, es decir, así como en Pentecosté fue posible entenderse con personas de diferentes idiomas, nos toca hablar y entender el lenguaje actual. Por ejemplo, debido al abuso y el control que desde la religión inmadura se ha hecho del término pecado, muchas personas fuera de la religión están hablando del término egocentrismo o desconexión para referirse exactamente a lo que la Biblia llama pecado. Hablar en el lenguaje que se entiende y no levanta barreras nos permitirá en cierto sentido, experimentar un poquito de pentecosté hoy.
David nos trajo ejemplos concretos de como personas desde diferentes tradiciones cristianas, están moviéndose desde el ejemplo de Jesús para que las personas más vulnerables sean tenidas en cuenta y para que las mujeres dejen de tener un lugar de opresión en contextos institucionales religiosos. Esto nos llevó a pensar en como aun desde un contexto opresivo como en el que se escribió la Biblia, las semillas para una nueva humanidad están sembradas y tenemos necesidad de que den su fruto. El ejercicio de saber mirar al pasado sin "tragarnos el contexto", como señaló nuestra hermana Mari Sol y entendiendo la esperanza a la que somos llamados, es sin duda la obra en la que está el Espíritu Santo y a la que somos llamadas y llamados como Su iglesia.
Acabamos la conversación con una práctica que propuso nuestra hermana Pilo, donde regalamos a las personas que han cumplido año recientemente palabras para bendecirles y bonitos deseos para el futuro. Esta práctica nos llevó a abrazarnos en amor y nos preparó para la siguiente actividad antes de irnos.
David preparó vasos con zumo de uvas y pan y llamamos a las personas más jóvenes de la comunidad que estaban jugando y disfrutando en el parque. Sylvia oró y recordó el significado de ese pan y vino que nos adentra en la obra de Cristo en la cruz por amor del mundo.
Una vez más, nos fuimos a casa con la sensación de haber experimentado una pequeñita extensión de la historia de Hechos.
Quedamos abiertos a la posibilidad de que el próximo encuentro fuera el 24 de mayo. Hasta entonces, somos invitados a vivir la comunidad más allá del evento y tenemos la posibilidad de unirnos en las prácticas espirituales transversales que nos hemos propuesto para este curso. Estas prácticas tienen el propósito de ser una herramienta que nos ayuden a vivir conectados con la Divinidad, con nuestras propias vidas, con las vidas de las demás personas y con la de la naturaleza, desde el ejemplo y la guía de Jesús a través de su Espíritu Santo. Puedes acceder a la página práctica en nuestro blog andandoenelcamino.com
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